SI TIENES ANSIEDAD O TE LA HAN DIAGNOSTICADO, SIGUE LEYENDO.
Da igual si solo viene de vez en cuando o si se ha instalado en tu día a día y de regalo te ha traído una fobia o una depresión. La ansiedad es un indicador de que hay algo interno que solucionar y no tienes porqué resignarte a vivir con ella.
Lo se porque yo estuve ahí.
Mi nombre es Eva Gascón.
Soy terapeuta transpersonal y soy ex-ansiosa.
Pero déjame que te cuente un poco más sobre mi.
Cuando me diagnosticaron Ansiedad Generalizada, yo lo único que sabía es que apenas podía respirar y que convivía con la angustia y la preocupación. Y que lo único que quería era encontrar un poco de paz.
Resultó que a lo largo del tiempo había desarrollado una personalidad que poco a poco me había ido conectando con comportamientos de auto-abandono.
Mendigaba amor constantemente.
Casi cualquier persona era mi prioridad antes que yo misma.
Me sentía en deuda con quienes mostraban interés por mí.
Mis relaciones de pareja eran de dependencia total.
Me comparaba de forma enfermiza.
Era incapaz de poner límites.
Hacía muchas cosas que en realidad no quería.
La culpa era como un nubarrón negro sobre mi cabeza.
De autoestima iba a nivel suelo.
Y sentía mi vida completamente bloqueada.
Estaba hecha polvo. Pero ahora me parece alucinante que cualquiera pueda vivir así. De hecho, era pura subsistencia.
El caso es que tras mucho batallar, con sus aciertos y errores, logré recuperarme y comprender el pozo que supone perder la salud emocional.
Una vez dejado todo atrás, diseñé un método (Orígenes) que ayuda a personas que sienten ansiedad a lograr lo mismo que yo, pero saltándose todos los escollos innecesarios.
Y ahora hablemos de ti.
Si has llegado aquí seguramente es porque sientes ansiedad o te han diagnosticado un TAG, o una ansiedad depresiva o tienes fobia social, agorafobia un TOC o cualquier otra forma de ansiedad. Y puede que ya hayas pasado por YouTube, por un montón de cuentas de Instagram que hablan de ansiedad, de salud mental y emocional o de espiritualidad y libros de autoayuda.
Quizás por tu médico de cabecera y puede que hasta por algún psiquiatra que te haya recetado algunas pastillas y uno o dos psicólogos particulares.
O quizás no y soy tu primera parada.
Lo cierto es que eso no es importante. Lo que importa es que necesitas solucionar la ansiedad y no sabes muy bien por dónde tirar.
A PESAR DE TODO, LA ANSIEDAD SIGUE SIENDO LA GRAN DESCONOCIDA.
Las personas ansiosas hablamos un mismo lenguaje. Una se pone a hablar y la otra sabe perfectamente de qué va el tema. No tiene que imaginarse nada ni ponerse en el lugar del otro. No es necesario. Lo sabe porque lo ha vivido.
Ahora bien, el problema es dejar de sentir ansiedad. Esa es la cuestión. Ya ni vamos a hablar de la incomprensión del entorno o de que las pastillas son solo un paliativo de las sensaciones físicas.
Deshacerse de la ansiedad, es el gran reto que puede convertirse en misión imposible si se cae en la creencia de que como vino se va a ir.
Y verás.
Hay, además, muchos caminos que conducen a la ansiedad. Pero solo hay uno que te saca de ella. Y esto, es lo primero que has de entender si quieres ver el final del túnel.
LA ANSIEDAD NO ES UNA ENFERMEDAD FÍSICA.
Puesto que la ansiedad se vive en el cuerpo y las sensaciones físicas pueden llegar a ser muy invasivas, es fácil caer en el error de pensar que la solución es ponerle remedio a los síntomas.
Pero nada más lejos de la realidad. La ansiedad es un trastorno emocional reversible y está íntimamente ligada a una sola emoción: el miedo.
Así que es habitual que la persona con ansiedad hable de pensamientos intrusivos, de agobios, de no tener tranquilidad, de preocupación… o directamente de miedo y pánico. Depende del nivel de ansiedad desarrollado.
¿Pero miedo a qué?
Esta pregunta es difícil de responder cuando el peligro es aún más difícil de determinar.
A menudo es a algo malo que temen ocurra en su vida, pero también hay para quien todo es muy confuso y no sabe explicar a ciencia cierta qué teme. Solo siente esa intranquilidad, esa opresión.
Afortunadamente no todas las personas con miedos tienen ansiedad ni todas las personas con ansiedad acaban con ataques de pánico. Pero lo que si es cierto es que la ansiedad tiene un abanico muy amplio de manifestaciones.
EL ORIGEN DEL MIEDO QUE DESEMBOCA EN ANSIEDAD.
Todos los miedos nacen en la más tierna infancia. Cuando la vida depende de sentirse amado y protegido.
Si un niño siente o interpreta que está desamparado o desprotegido física o emocionalmente, genera en lo más profundo de su ser una herida traumática que se activará siendo adulto una y otra vez a lo largo de su vida en forma de miedos.
A que le mientan.
A la soledad o al abandono.
Al rechazo.
A que le comparen.
A no encajar.
A que los demás se den cuenta que no vale o que es un fraude.
A las personas frías o autoritarias.
Hay infinidad de miedos y cuando este es más grande que la capacidad de superar un reto, tarde o temprano, aparecerá la temida ansiedad.
Y si has leído con atención hasta el momento, te habrás dado cuenta que su origen es emocional. El único elemento físico que tiene la ansiedad es la intervención de la amígdala como centro de gestión del miedo. Quien la dispara, vamos. Por este motivo los tratamiento farmacológicos necesitan de un proceso de reparación emocional.
EL CAMINO DE SALIDA.
Por supuesto que existe y para bien o para mal es uno solo. Pero es un camino conocido.
Para salir de la ansiedad deberás resolver tus miedos.
Y para resolver tus miedos, deberás resolver tu problema de falta de amor y desprotección. ¿Recuerdas que hace solo unas líneas te he hablado de algunos miedos del adulto? Pues ese tipo de miedos.
Y cuando lo hagas, la ansiedad se irá diluyendo poco a poco porque ya no tendrá razón de ser.